18 septiembre, 2013

II Festival Internacional Unasur Cine - Día 5

Me tomé la mañana libre para desayunar sin apuro y escribir algunas notas para mandar a la revista. El material se estaba acumulando (la cantidad de actividades que hay en UNASUR CINE es realmente impresionante).

Durante la tarde decidí ir al Centro Cívico para la charla que brindó la gente de la SAGAI. Era sobre el rol social del actor y además iban a estar presentes algunos actores y actrices que conocía, por lo que fui a ver de qué se trataba y por supuesto a saludarlos y charlar un rato con ellos.
El tema era lo suficientemente amplio como para hablar y debatir durante varias horas. Fue una charla interesante, con miradas y posturas muy diferentes que generaron algún tipo de discusión (siempre con respeto). 
Terminada la charla, oficié de fotógrafa y tomé algunas fotos de los actores junto con el banner de la SAGAI para enviar a las oficinas de Buenos Aires.



Había seleccionado algunas películas para ver luego de la charla, pero la idea de ir a tomar un café a Del Bono Park con Juan Carlos Ricci, Arturo Bonín, Néstor Sánchez Sotelo y algunos más de "Los Nadies", me pareció más atractiva. Necesitaba descansar un poco la vista después de ver tantas películas y además, con Ricci nos debíamos un café y lo vinimos a tomar a San Juan, qué personajes, ja!

Por la noche, fui a ver "¡Vampiros en La Habana!". La elección de la película fue puramente por una cuestión de horarios. No tenía la menor idea de qué se trataba.
Al entrar a la sala y darme cuenta que era una película animada, pensé que mi elección había sido equivocada, pero con el correr de los minutos, noté que no. ¡Buenísima película! Animada, sí, pero con un guión adulto, que mostraba la realidad socio-política de Cuba, y que además tenía una buena dosis de humor. Un film de 1985, que claramente descubrí tarde, pero...Más vale tarde, que nunca, ¿no?


¡VAMPIROS EN LA HABANA! (Cuba) Dirección: Juan Padrón

Un científico vampiro ha creado el Vampisol, una pócima revolucionaria, que permite a los vampiros pasear bajo la luz del Sol. En cuanto la noticia llega a oídos de los grandes clanes de vampiros, todos viajan a La Habana para hacerse con el control de la fórmula: los estirados y siniestros vampiros europeos, y los mafiosos vampiros norteamericanos. Pepito, un trompetista, sobrino del creador de Vampisol, será perseguido por ambos grupos desde que se le encarga la custodia de la fórmula.


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